Los plafones metálicos, incluidas las opciones de aluminio, requieren poco mantenimiento, pero aun así se benefician de una limpieza regular para mantener su apariencia y longevidad. Sigue estos sencillos pasos:
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Eliminación del polvo
: Utilice un paño suave y seco o un plumero para eliminar el polvo y la suciedad suelta.
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Limpieza suave
: Mezcle un detergente suave con agua tibia y luego use una esponja suave o un paño de microfibra para limpiar suavemente la superficie. Evite estropajos abrasivos que puedan dañar el acabado.
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Enjuagar y secar
: Limpie con agua limpia para eliminar los residuos de jabón y séquelo con una toalla suave para evitar manchas de agua.
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Inspeccionar periódicamente
: Verifique si hay rayones, abolladuras o corrosión y solucione los problemas de inmediato con retoques de pintura o reparaciones si es necesario.
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Evite los productos químicos agresivos
: Evite la lejía, el amoníaco o los limpiadores ácidos, ya que pueden dañar las capas protectoras.
Una limpieza adecuada garantiza que las placas metálicas del techo conserven su aspecto elegante y moderno durante muchos años.